Fuente: «Historia del Palacio de la Isla de Burgos (1883-12010)» de Isaac Rilova Pérez
El tercer hijo de la familia Muguiro, Miguel Ángel, nació en 1880, se casó en 1917 con María Guillamas Caro, y falleció en 1956 sin descendencia. Pasaba los veranos en Burgos, en el Palacio de la Isla, hasta que en 1938 fue enviado a Budapest (Hungría) como diplomático, puesto desde el que salvó a muchos judíos perseguidos por el gobierno alemán de Miklós Horthy.
Para actuar a su favor, Muguiro rescató un antiguo decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924, según el que todos aquellos que demostraran ser de origen sefardita, obtendrían inmediatamente la nacionalidad española. Tal decreto, sin embargo, había expirado en 1931, pero aun a riesgo de ser detenido, Muguiro se acogió a él para intentar salvar la vida de los sefarditas en Hungría.
Los esfuerzos de Muguiro continuaron y haciendo valer su condición de diplomático, intercedió a favor de todos los judíos que pudo y culminó su obra haciéndose cargo de grupo de 500 niños cuyo destino eran las cámaras de gas en Polonia. Les consiguió visado a todos y los trasladó a Tánger, que en aquellos días era una especie de colonia española.
Esta y otras actuaciones le dieron muy mala fama entre húngaros y alemanes, que presentaron una queja a las autoridades españolas. Muguiro fue cesado en ese mismo momento. Su lugar lo ocupó el secretario de Embajada que, como él, se había estado implicando personalmente en el salvamento de judíos perseguidos. Se llamaba Ángel Sanz-Briz, más tarde reconocido con el título de Justo entre las Naciones, junto con el diplomático sueco Raoul Wallenberg que, también destinado a Budapest, fue el iniciador de esta acción salvadora. En 1940 se le concedió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, así como otras condecoraciones españolas y extranjeras.
Muguiro fue uno de tantos diplomáticos españoles que dedicó su vida a ayudar a los judíos a huir del Holocausto. Todos ellos, denominada Diplomáticos españoles durante el Holocausto, siendo ministro Abel Matutes. Posteriormente, en el 2007, fueron homenajeados otra vez en una exposición titulada “Visados para la libertad” organizada por la Casa Sefarad en Madrid.