En 1833, Burgos había alcanzado la categoría de capital provincial. La ciudad de Burgos llevó a cabo en, lo sucesivo, una remodelación del entorno urbano de la mano del ministro de Fomento, Javier de Burgos. En este contexto, aunque en invierno el clima de Burgos es frío, en verano las temperaturas se templan, por lo que personajes foráneos, naturales de Madrid, como Mariano Tomás de Liniers y Sarratea y Juan José Muguiro y Cerragería la consideraron apropiada para pasar las temporadas estivales y adquirieron diversas propiedades en la ciudad.